Woody Allen dijo de un libro suyo que se publicaría en forma póstuma o bien después de su muerte, según lo que aconteciera primero. Al Negro Fontanarrosa le habría encantado ser el inventor de esta frase y haberla aplicado al tomo que el lector tiene en sus manos.
Después de tres libros de novelas y once de cuentos, se publica, fatalmente, el último volumen de relatos de Roberto Fontanarrosa. Aparece, sí, en forma póstuma. Meses antes de fallecer, en julio de 2007, el autor se propuso dejar terminados los canónicos veintidós a veintiocho cuentos que componen cada uno de sus libros. Esta vez resultaron veinticuatro, todos ellos profundamente fontanarrosianos en su estilo, sus temas, su lenguaje y en el originalísimo ingenio que ya ha hecho del dibujante y escritor rosarino un clásico del humor contemporáneo en lengua española.
Por estas páginas desfilan escenas familiares que de repente se disparan por caminos delirantes, parodias deliciosas, episodios de sonriente ternura, adorables personajes cómicos, diálogos de asombrosa vitalidad...
Las notas que dejó el Negro revelan que primero imaginaba la trama completa de cada cuento: peripecia, protagonistas, ambiente y desenlace; luego escribía unas pocas palabras a modo de guía o recordatorio, y a partir de esos elementos creaba después sus piezas.
A pesar de las limitantes circunstancias de su enfermedad, el Negro trabajó en estos 24 cuentos que ahora se publican, con esfuerzo y entusiasmo, hasta el último día de su vida. Si bien el tiempo no le permitió aplicarles la sintonía fina, su editor histórico y amigo lo hizo con el mayor respeto y fidelidad a su escritura y estilo, como siempre, con la convicción de que no se podía privar a sus lectores del acceso a esta obra.
Negar todo es el último libro de Fontanarrosa y, además, es su libro último. Pero podría haber sido, en el peor de los casos, el penúltimo, pues un documento de su computadora registra ideas para treinta y cuatro cuentos.
La vida no le dio tiempo para escribir más. No quedó en deuda.
Sin embargo, a lo largo de sus sesenta y dos años zurció una obra genial de más de doscientas ochenta historias, que las de Negar todo complementan de magistral manera.